jueves, 19 de abril de 2012

Mujeres líderes: la revolución femenina.

Tras la noticia de la nacionalización de YPF por parte de Argentina, el revuelo internacional está centrado en las consecuencias sociales, diplomáticas y económicas que conllevará esta decisión. 

Sin embargo, hay un hecho que no nos pasa desapercibido. La principal autoría del acto recae en la presidenta de la república Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Anteriormente a esta decisión, la política gozaba de popularidad por el paquete de medidas y cambios que había llevado a cabo en un país sumido en una profunda crisis económica y social. 


A grandes rasgos, estamos hablando de un estilo de liderazgo distinto al que ejercen sus homónimos masculinos. Del mismo modo, no es la primera vez que nos encontramos con una líder estatal cuyas propuestas revolucionan el panorama del país y repercuten a nivel mundial.

Quizás la pionera en dar un giro al sistema de gobernar fue Margaret Tatcher, a quien se le otorgó - y no de forma casual - el sobrenombre de "la Dama de Hierro" - me gustaría añadir que no perdiérais la ocasión de ver el biopic protagonizado por Meryl Streep, muy interesante e instructivo -. 

En un mundo donde las cuestiones de autoridad y la toma de decisiones han recaído siempre en manos de los hombres, las mujeres van ganando terreno y proponiendo alternativas igual de taxativas y exigentes. Su metodología les permite ganarse el respeto de sus compañeros e incluso liderar más allá de su país. Véase el caso de la canciller alemana Angela Merkel, quien está dictando las pautas para paliar los efectos de la crisis económica. 

Más allá de los temas políticos, la razón de este artículo es evaluar si existe una diferencia entre el liderazgo masculino y el femenino.

Algunos autores como Loden (1985) defienden la diferenciación entre dos estilos de autoridad, denominando el ejercido por las mujeres como "femenino".
La principal diferencia se encuentra en el hecho que mientras el liderazgo masculino viene marcado por aspectos como la competitividad, la autoridad jerárquica, un alto control del líder y la resolución analítica de los problemas, el liderazgo femenino se vincula más en la cooperación, la colaboración entre el líder y los subordinados, un bajo control del líder y la resolución de problemas basada en la intuición, la empatía y la racionalidad.     

Numerosos autores respaldan la idea de una mayor cercanía entre el líder femenino y sus subordinados, con una mayor tendencia a compartir información y reforzar la participación (Rosener, 1990). 

Sin embargo, otros autores afirman que no existen diferencias entre la forma de dirigir de hombres y mujeres. Así pues, la "polémica" está servida. 

A grandes rasgos, los resultados de estudios sobre el campo apuntan a que los hombre son más autocráticos (actúan sin valorar tanto la opinión de los subordinados), mientras que las mujeres suelen ser más democtráticas. También existen variables en relación a la carisma y a la percepción por parte de los subordinadors. Este hecho influye directamente en los resultados electorales, puesto que la seducción de un líder carismático decantará la balanza a su favor más que su programa en sí. 

La conclusión sólida que existe hoy por hoy es que existen numerosos factores en interacción que convierten la cuestión del liderazgo masculino/femenino en un tema complejo. El género juega un papel en las diferencias, ya sea de forma directa o indirecta, hecho que explica la disparidad de opiniones entre los distintos autores. 

Sin embargo, no se puede afirmar de forma contundente que existan dos claras líneas de dirección política y empresarial. Existen múltiples limitaciones que hay que perfeccionar para poder realizar estudios con conclusiones más neutrales (el género del investigador, de los subordinados, etcétera influye de una manera u otra en los resultados obtenidos). Además, la adopción de papeles autoritarios por parte de la mujer es un hecho muy reciente; en algunos países - puede que incluso en España - hoy por hoy es inconcebible que una mujer ocupe la posición de líder de estado. 

El hecho que la incursión en el mundo político por parte de la mujer aún sea reciente hace difícil que se pueda generalizar y sacar conclusiones sobre una diferenciación en el liderazgo.

A pesar de todo, existe una evidencia innegable: las líderes femeninas, bien sea por reivindicar doblemente el derecho a su posición (para romper con los estereotipos), bien por su estilo, están dejando huella.    

Referencias: 

Barberá Heredia E, Ramos López A, Candela Agulló C. "Laberinto de cristal en el liderazgo de las mujeres". Psicothema 2011. Vol. 23, nº 2, pp. 173 - 179.  (Articulo)

Cuadrado, I. "¿Emplean hombres y mujeres diferentes estilos de liderazgo? Análisis de la influencia de los estilos de liderazgo en el acceso a puestos de dirección.". Revista de Psicología Social. 2003. Vol 18(3) p. 283 - 307. (Artículo)


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