lunes, 5 de marzo de 2012

Inteligencias múltiples. Más allá del Cociente Intelectual

La inteligencia es un concepto abstracto usado para describir aquellas capacidades humanas que nos permiten crear, idear, pensar y solucionar problemas de manera resolutiva. Es una de las principales características que nos diferencian del resto de especies animales, y que ha surgido gracias a la evolución.


 

En el momento en que nuestros antepasados empezaron a andar sobre dos patas y tuvieron la oportunidad de manipular objetos fue cuando se formó la capacidad intelectual que evolucionaría hasta la actualidad. 

En el afán de conocer la propia fuente de conocimiento y en un ejercicio de introspección, el hombre ha buscado el origen de su capacidad de pensar y de cuestionarse su entorno. Así han surgido múltiples teorías (complementarias o bien opuestas) sobre el desarrollo del intelecto y todo lo que conlleva. 

A día de hoy el concepto con el que nos familiarizamos es el cociente intelectual. Un valor númerico que permite dar a la inteligencia un carácter cuantitativo y general, por lo que podemos clasificar en mayor o menor inteligente (con los pros y los contras que esto supone). Se establecieron diversas medidas, llegando a la conclusión que la media dentro de la normalidad es 100.


  Sin embargo este modelo, a pesar de su amplia aceptación y uso, va quedando obsoleto. Se observan conductas o personas que, a pesar de no destacar durante su fase académica desarrollan carreras profesionales asombrosas. O aparecen los tópicos sobre "gente de letras" o "gente de números". Si el concepto de cociente intelectual se refiere a la inteligencia generalizada, ¿cómo es posible que una persona destaque tanto en un campo y tenga dificultades en otros?. 

A partir de aquí es donde surgió lo que conocemos como la Teoría de las inteligencias múltiples, formulada por Howard Gardner.



Gardner concibe la inteligencia como la "capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas". De este modo pudo llegar a discernir un total de siete inteligencias, todas ellas innatas y potenciables.

Inteligencia lingüística: lo que llamaríamos "don de palabra". Aquellas personas con facilidad para expresarse, ya sea de forma oral o mediante la escritura. Suelen presentarla políticos, oradores, líderes religiosos, escritores, etc.

Inteligencia lógico - matemática:capacidad de abstracción que permite utilizar los números de forma efectiva. Quien destaca en este tipo de inteligencia tiene facilidad para resolver problemas matemáticos; por lo tanto, la suelen presentar economistas, ingenieros, etcétera.

Inteligencia espacial: relacionada con la orientación; es la capacidad de leer mapas y de situarse en el espacio. Se muestra en arquitectos, guías, fotógrafos...

Inteligencia musical: tal y como su nombre indica, está relacionada con la capacidad de comprender la música, sentirla y utilizar los instrumentos. Todo aquél cuyo trabajo esté relacionado con este arte presenta esta inteligencia desarrollada.

Inteligencia corporal - cinestésica: aquellas personas con habilidad para potenciar el movimiento de su cuerpo y dominarlo. Se puede apreciar en todo aquél que trabaje usando aspectos corporales: bailarines, deportistas e incluso cirujanos, cuyo dominio de las manos es indispensable.

Inteligencia interpersonal: considerada la capacidad de empatizar con los demás, de comprender sus expresiones y situaciones. Es una inteligencia desarrollada en maestros, líderes religiosos y terapeutas.

Inteligencia intrapersonal: el autoconocimiento. La comprensión de las propias emociones, la profundización en nosotros mismos. Muy importante para poder relacionarse con los demás, ya que comprenderse mejor implica poder tolerar y entender a los otros. La poseen aquellos individuos con cierto grado de madurez emocional. 

Tanto la inteligencia interpersonal como la intrapersonal estarían relacionadas con una teoría posterior elaborada por Daniel Coleman, conocida como la Inteligencia Emocional. Pero esto ya será otro capítulo en el conocimiento de nuestro funcionamiento. 

Como apunte final, hay que hacer hincapié en la capacidad de potenciar todas las inteligencias nombradas, y la importancia de un modelo educativo integrativo donde se valore al sujeto como ser con múltiples capacidades que requieren distintos tipos de estímulos y motivaciones. Todo el mundo posee las siete inteligencias, y aunque debemos ser conscientes de nuestras limitaciones, podemos sacar partido y mejorar estos aspectos con una buena orientación y un programa adecuado. 

No juzguéis a un niño o niña a quién no se le dan bien las matemáticas o la lengua... ¡Podéis estar delante de un escritor de prestigio o futuro deportista de élite!






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