miércoles, 14 de marzo de 2012

La atención psicológica en emergencias.

Hoy es un día trágico para muchas familias que han perdido sus hijos en el terrible accidente de autocar acontecido en Suiza. Un desastre agravado por la edad de los ocupantes que han fallecido, de no más de 12 años. 

Los accidentes de tal magnitud conmocionan a la población; aún más cuando se trata de niños o jóvenes. Justo se cumplió un año del mayor desastre natural de los últimos tiempos: el tsunami en Japón, que desencadenó una catástrofe nuclear sólo equiparable a la de Chernobil. 

Los daños físicos son conocidos, pero ¿qué ocurre a nivel psicológico?


Volviendo al lamentable accidente en Suiza, conectaréis rápidamente con un aspecto: los padres. La suma de los acontecimientos hacen de este caso una situación especialmente grave y delicada; una atención psicológica inmediata es muy importante.

Cada vez es más habitual la aparición de los psicólogos de emergencias en estas situaciones. Se da cobertura a nivel psiquico, y es por eso que la presencia de estos profesionales empieza a ser obligatoria.

Aún así, ¿qué conocemos de su función?

En primer lugar, se debe señalar que un trabajo psicoterapéutico como el que estamos acostumbrados a ver en las consultas no es posible del todo; es decir, la esencia (el acompañamiento y cuidado) permanecerá, pero las posibilidades de trabajo se encuentran limitadas por el efecto traumático inicial. En las pérdidas de familiares donde la conmoción es tan grande no se puede razonar ni elaborar los acontecimientos. Así pues, la función principal que tendrá un psicólogo en las situaciones de emergencia será la de ejercer de referencia para los afectados (y los cuerpos y dotaciones que hayan acudido allí si es conveniente). 

Su tarea consiste en acompañar y ofrecer su presencia. Podrá parecer una labor desconcertante y sin mucha utilidad, pero nada más lejos de la realidad. Ofrecer una toma de contacto con la realidad, tener una persona que permita y facilite la expresión libre de las emociones y pueda escuchar y atender a los damnificados al tiempo que interviene con voz pausada y tranquilizadora es un punto de apoyo muy importante. 

Nada podrá consolar a los padres que han perdido a estos niños de una forma tan brutal; el dolor deberá sentirse de todas formas, pero la figura de un psicólogo desde el principio facilitará la gestión de las emociones y paliará la sensación de desamparo e incomprensión. 

El acompañamiento permite dar una orientación a una situación tan caótica y contener el desbordamiento que podría causar más daños. 

El mismo proceso se seguirá en los distintos escenarios donde se deba transmitir la noticia. Es igual de importante poder acompañar a los adultos como a los niños, puesto que ellos también son conscientes de la situación y lo expresarán de distintos modos. Por lo tanto, una figura que les escuche, les abrace y les hable con cariño les dará tranquilidad en momentos tan duros.

Es importante que este hecho (aparentemente fácil) sea llevado a cabo por un profesional ya que él dispone de conocimientos sobre las reacciones que se dan ante situaciones traumáticas.

La intervención primaria es el equivalente a poner un colchón para alguien que está cayendo al vacío. Se busca la minimización de los daños psicológicos que supone el desbordamiento que ha sufrido la persona a causa del cambio tan drástico. 

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